El próximo jueves, 17 de noviembre, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura “Algo en común”, de Zach Braff, en sesiones de 5'30 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 2 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Valentín Terrazas que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo. Asociación Otrosojos.
Dirección: Zach Braff
Guión: Zach Braff
Intérpretes: Zach Braff, Natalie Portman, Peter Sarsgaard, Ian Holm
Estados Unidos, 2004 - 109 min.
SINOPSIS
Andrew Largeman vuelve a su casa natal en Nueva Jersey después de 10 años de ausencia para asisitir al funeral de su madre. Allí se rencuentra con su pasado y conoce a una chica, Samantha, que quizá cambie su vida para siempre. Largeman, que acaba de dejar los antidepresivos que ha estado tomando durante años, comienza a redescubrirse a sí mismo, lo que incluye enfrentarse a su padre, psicólogo, y ayudar a Samantha a superar sus propios problemas pisicológico.
El Arca de Large
Con el gesto imperturbable de un joven en pleno descalabro del avión en que vuela arranca el relato de un fin de semana iniciático: el de Andrew Largeman, de regreso a su ciudad natal, en New Jersey, tras nueve años de ausencia anclada en una dieta de ansiolíticos. Los motivos de ese retorno, los reencuentros con lugares y personas a quienes ha evitado durante casi una década, el contacto con aquellos otros con quienes compartió una ya lejana amistad, el descubrimiento de modos distintos de sentir y vivir, el regalo espléndido de un alma situada en sus antípodas -sensible, abierta y positiva...- pueblan una película tan cálida como brillante.
Al idear esta historia, su coprotagonista, guionista y casi primerizo director, Zach Braff, perseguía un objetivo nítido: “crear una historia de amor inteligente para gente joven, y también bucear en lo que se siente al volver a casa”. Una casa que -como viene a suceder en algún momento de la vida- se ha dejado de sentir como propia, “empujándonos a sentir nostalgia de un sitio que ya no existe, y que no volverás a recuperar hasta que crees tu propio hogar, para ti y para tus hijos, para la familia que formes. A lo mejor -reflexiona Braff- eso es una familia: unas personas que echan de menos el mismo lugar imaginario”.
Lejos de la miríada de filmes dirigidos a un público adolescente y caracterizados demasiado a menudo por una estupidez rayana en el insulto, Algo en común (Garden State, 2004) reflexiona sobre el difícil camino hacia la madurez, un itinerario que supone, entre otros ineludibles condicionantes, aceptar que la vida acarrea, junto a momentos felices, dosis en ocasiones brutales de dolor. Y lo hace con un sentido del humor lleno de efectividad, con situaciones y diálogos inspirados, y con una acertadísima elección de actores. Disfrutaremos así de una Natalie Portman luminosa, próxima al personaje que bordó en el Beautiful girls de Ted Demme, de la sobria potencia del veterano Ian Holm (motor de uno de los títulos incluidos en la programación de Otrosojos, Mi Napoleón), de la presencia inquietante de Peter Sarsgaard (el brutal John Lotter de Boys don´t cry), y de las chispeantes intervenciones de algunos secundarios impagables (“creía que te habías suicidado, ¿no fuiste tú?”).
Todos esos elementos -sumados a una banda musical que viene a contextualizar la acción y a subrayar con delicadeza estados de ánimo de sus personajes, a diferencia de la arbitrariedad con la que se anega con temas de éxito tantas de las producciones más recientes- hacen de Algo en común (disculpen esta figura facilona) algo definitivamente inusual.
Conecta este título, en sus preocupacions y en el talento con que éstas aparecen expuestas, con otras obras ya emblemáticas sobre la dificultad de crecer: Harold y Maude, o El graduado, por ejemplo. No parece casual, a este respecto, que un tema clásico de Simon & Garfunkel -"The only living boy in New York"- ilustre uno de los momentos claves de la película, como ya lo hicieran otras composiciones del dúo escenas inolvidables de aquel accidentado verano de Dustin Hoffman.
En su tratamiento, el prometedor Zach Braff (introducido en el cine a los 18 años, con su breve aparición como Nick Lipton en el Misterioso asesinato en Manhattan de Woody Allen), combina la extravagancia de personajes y anécdotas -tan característica, de otro lado, de nuestra especie: ¿quién no es incurablemente raro?- con una intensa proposición: el caos como base para el renacimiento y liberación individual. El título inicialmente previsto para el film era -¿lo adivinan?- Large´s Ark. El Arca de Large, bastante más acertado, por otra parte, que este gratuito Algo en común.
Valentín Terrazas
Al idear esta historia, su coprotagonista, guionista y casi primerizo director, Zach Braff, perseguía un objetivo nítido: “crear una historia de amor inteligente para gente joven, y también bucear en lo que se siente al volver a casa”. Una casa que -como viene a suceder en algún momento de la vida- se ha dejado de sentir como propia, “empujándonos a sentir nostalgia de un sitio que ya no existe, y que no volverás a recuperar hasta que crees tu propio hogar, para ti y para tus hijos, para la familia que formes. A lo mejor -reflexiona Braff- eso es una familia: unas personas que echan de menos el mismo lugar imaginario”.
Lejos de la miríada de filmes dirigidos a un público adolescente y caracterizados demasiado a menudo por una estupidez rayana en el insulto, Algo en común (Garden State, 2004) reflexiona sobre el difícil camino hacia la madurez, un itinerario que supone, entre otros ineludibles condicionantes, aceptar que la vida acarrea, junto a momentos felices, dosis en ocasiones brutales de dolor. Y lo hace con un sentido del humor lleno de efectividad, con situaciones y diálogos inspirados, y con una acertadísima elección de actores. Disfrutaremos así de una Natalie Portman luminosa, próxima al personaje que bordó en el Beautiful girls de Ted Demme, de la sobria potencia del veterano Ian Holm (motor de uno de los títulos incluidos en la programación de Otrosojos, Mi Napoleón), de la presencia inquietante de Peter Sarsgaard (el brutal John Lotter de Boys don´t cry), y de las chispeantes intervenciones de algunos secundarios impagables (“creía que te habías suicidado, ¿no fuiste tú?”).
Todos esos elementos -sumados a una banda musical que viene a contextualizar la acción y a subrayar con delicadeza estados de ánimo de sus personajes, a diferencia de la arbitrariedad con la que se anega con temas de éxito tantas de las producciones más recientes- hacen de Algo en común (disculpen esta figura facilona) algo definitivamente inusual.
Conecta este título, en sus preocupacions y en el talento con que éstas aparecen expuestas, con otras obras ya emblemáticas sobre la dificultad de crecer: Harold y Maude, o El graduado, por ejemplo. No parece casual, a este respecto, que un tema clásico de Simon & Garfunkel -"The only living boy in New York"- ilustre uno de los momentos claves de la película, como ya lo hicieran otras composiciones del dúo escenas inolvidables de aquel accidentado verano de Dustin Hoffman.
En su tratamiento, el prometedor Zach Braff (introducido en el cine a los 18 años, con su breve aparición como Nick Lipton en el Misterioso asesinato en Manhattan de Woody Allen), combina la extravagancia de personajes y anécdotas -tan característica, de otro lado, de nuestra especie: ¿quién no es incurablemente raro?- con una intensa proposición: el caos como base para el renacimiento y liberación individual. El título inicialmente previsto para el film era -¿lo adivinan?- Large´s Ark. El Arca de Large, bastante más acertado, por otra parte, que este gratuito Algo en común.
Valentín Terrazas
Lo que más me gusto fue la actuación de Natalie Portman.
ResponderEliminarYo, que me confieso fan acérrimo de Natalie Portman, no puedo más que darte la razón.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, y enhorabuena por tus blogs de cine. Muy interesantes.
Un abrazo.
Miguel Masero. Asociación Otrosojos