CINE EN LA CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE MIRANDA DE EBRO (BURGOS). JUEVES SEÑALADOS, EN SESIONES DE 18:00 y 20:30.
ORGANIZA LA ASOCIACIÓN CULTURAL OTROSOJOS EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE MIRANDA DE EBRO

Jueves 28 de Junio: GRIZZLY MAN (V.O.S.). Presenta el biólogo Mario Sáenz de Buruaga

El próximo jueves, 28 de junio,  damos fin a la temporada cinematográfica proyectando en la Casa Municipal de Cultura  “Grizzly Man” (v.o.s.), de Werner Herzog, en sesiones de 6 y 8´30 de la tarde.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Valentín Terrazas que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.

Hasta el Jueves. Asociación Otrosojos.


Dirección:     Werner Herzog
Guión:             Werner Herzog
Interpretes:  Timothy Treadwell, Amie Huguenard, Val Dexter

Estados Unidos, 2005 - 103 min.





SINOPSIS

En su hipnótica Grizzly Man, el aclamado director Werner Herzog explora la vida y muerte del experto en osos Grizzly Timothy Treadwell, que vivió entre estos animales durante trece años sin ningún tipo de armas y grabó todas sus aventuras en la montaña durante las cinco últimas temporadas que estuvo allí. En Grizzly Man no sólo se muestran los misterios de la naturaleza salvaje, sino también los misterios de la naturaleza del ser humano. Herzog utiliza las imágenes originales que Treadwell había rodado para mostrar su retrato de esta compleja e imponente figura a la vez que explora cuestiones más amplias sobre la difícil relación entre el hombre y la naturaleza.




Lope, Fitzcarraldo, Timothy...


Grizzly Man, la alucinante aproximación a una existencia -la del aventurero autodidacta Timothy Treadwell- paralelamente alucinada, obtuvo a lo largo de 2005, entre otros muchos reconocimientos, el Premio Alfred Sloan en el Festival de Sundance y el Premio al Mejor Documental de la Asociación Nacional de Críticos de USA. Su narrador y director, el alemán Werner Herzog, encontró en el experto en osos grizzly Treadwell un ejemplo perfecto del ser poseido, devorado por una pasión desorbitada, profundamente conmovedor y terrible a un tiempo en su desequilibrio. Como otros grandes protagonistas de su filmografía -Lope, en Aguirre, la cólera de Dios (1972), Fitzcarraldo (1982) o Francisco Manoel da Silva en Cobra Verde (1987)- Treadwell sostiene un pulso cósmico con la naturaleza, establece su propia medida oponiéndola a dificultades que al resto de mortales se antojan insalvables. Su temeridad parece responder a ratos a una suerte de heroísmo inmune al temor y a ratos a algún tipo de alteración mental de primer orden. ¿No es esa, después de todo, la esencia de algunas de las grandes aventuras equinocciales, como las retratadas por Sender o Chatwin en los relatos que alimentaron dos de las ficciones del animador del Joven Cine Alemán y responsable a su vez de algunos de los rodajes más intensos de la filmografía de las últimas tres décadas?.
    Tal vez aquello que viene a diferenciar a las criaturas de Herzog de algunas de las figuras aupadas por la historia es su incapacidad final para vencer esa atracción que sobre sus días y obras ejerce el abismo. Unas y otras -y la de Timothy Treadwell no es una excepción- parecen huir de sus fantasmas personales galopando sin freno hacia una meta tan grandiosa como inalcanzable : levantarse contra el rey construyendo un Imperio particular, edificar un inmenso teatro de la ópera en plena selva para que el mítico Caruso acerque a Verdi a los nativos, establecer un pacto de igual a igual con el instinto bruto de los enormes plantígrados de Alaska... Poco importa, en fin, la variante del fracaso; lo esencial es que éste venga a aliviar el dolor anidado en almas bipolares, aunque la avalancha final arrastre a los seres más próximos a nuestros extenuados y extenuantes héroes.
    ¿Cabía esperar, con tales apetencias, que fuera otro que Klaus Kinski el protagonista casi omnipresente de su cine y, como viene a documentarse en Mi enemigo íntimo (1999), de su propia existencia, que inspiró y atormentó a partes iguales desde que se conocieron, apenas adolescente Werner, en los años 50?, ¿cabía esperar que fuera Herzog a desatender una biografía, la del contumaz naturalista, tan desaforada como la del también desaparecido Klaus?.



Nuestro comentarista, felizmente entero

Mario Sáenz de Buruaga, comentarista del título con que cerramos la temporada de “Cine Con Otros Ojos”, es biólogo y director de una Consultoría Ambiental ocupada actualmente en distintos proyectos de investigación sobre los grandes mamíferos salvajes. Participó en la primera experiencia española de radiotelemetría, al marcarse y hacerse el seguimiento continuado durante tres años de un oso, “Salsero”, en el sector oriental de la Cordillera Cantábrica. De aquella experiencia -nacida de la colaboración entre la Universidad de León y la Sociedad de Zoología de Nueva York-, y de su relación personal con muchos de los zoólogos españoles, nacen sus acertadas observaciones sobre las dichas y radicales desdichas de Treadwell.


Valentín Terrazas




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