CINE EN LA CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE MIRANDA DE EBRO (BURGOS). JUEVES SEÑALADOS, EN SESIONES DE 18:00 y 20:30.
ORGANIZA LA ASOCIACIÓN CULTURAL OTROSOJOS EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE MIRANDA DE EBRO

Jueves 10 de Marzo: EL ERIZO


El próximo jueves, 10 de marzo, proyectamos en la Casa de Cultura la película “El erizo", de Mona Achache, en sesiones de 6 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 3,50 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Diego López González que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel

Hasta el jueves. Asociación Otrosojos.

Dirección:     Mona Achache
Guión:          Mona Achache (novela de Muriel Barbery)
Interpretes:  Josiane Balasko, Garance Le Guillermic, Togo Igawa, Anne Brochet

 
Francia, 2009 - 95 min.
Mayores de 7 años





SINOPSIS

Relato del encuentro inesperado entre algunos de los habitantes del número 2 de la calle Eugène Manuel, en París: Paloma Josse, una niña de once años tremendamente inteligente y con un plan secreto; Renée Michel, portera discreta y solitaria que bajo su apariencia de inculta y arisca oculta en realidad una personalidad inteligente y cultivada, y el enigmático señor Kakuro Ozu, un japonés que acaba de mudarse al edificio...





Lo importante es lo que estás haciendo en el momento de tu muerte

De buenas a primeras, uno puede verse un poco descolocado o desorientado por un título un tanto atípico para una película y no sabe muy bien a qué va a enfrentarse cuando se dispone a verla. Sin embargo, enseguida Paloma, la joven protagonista con una visión del mundo un tanto adulta, nos sitúa lúcidamente en el planteamiento de la película: si el erizo es un animal que con su coraza de púas crea una fortaleza casi inexpugnable pero que a su vez es un ser refinado, elegante, solitario y engañosamente indolente... ¿no podríamos estar hablando de igual modo de una persona? ¿Cuántas personas conocemos, o quizás intuimos, que dan una imagen de individuos distantes, bordes, inexpugnables pero que esconden un maravilloso ser interior y resultan ser bellísimas personas que merece la pena conocer e interiorizar con ellas?
    Basándose en este planteamiento y adaptando, al parecer, libremente la aclamada novela de Muriel Barbery “La elegancia del erizo”, Mona Achache, una directora a tener en cuenta a tenor de su debut con esta magnífica ópera prima, sostiene el peso de la trama en su entrañable trío protagonista, tres interpretaciones magníficas y brillantes que se convierten en la clave del éxito de la cinta: Paloma (Garance Le Guillermic), una niña de once años que sufre una crisis de identidad y valores previa a la pubertad, que aborrece el mundo adulto que le espera al que define como “una pecera donde los adultos chocan como insectos contra el cristal” y cuyo objetivo a corto plazo es nada más y nada menos que suicidarse en su duodécimo cumpleaños porque la vida es absurda (no nos engañemos, la niña puede resultarnos en ocasiones un poco insoportable y pedante); Renée (Josiane Balasko), el arquetipo de portera, que se define a si misma como “viuda, bajita, fea y regordeta; que tiene juanetes y un aliento de mamut al despertarse; sin estudios, pobre, insignificante y solitaria”, pero que en el fondo esconde un ser muy distinto que ha encontrado en la portería su escondite perfecto; y por último la elegante y alargada sombra que proyecta el inquilino japonés, el Señor Kakuro Ozu (Togo Igawa) que tanta paz y sabiduría transmite.
    Por una razón u otra, los tres son seres solitarios que no encajan en ese cínico mundo del lujoso edificio de la Rúe Eugène Manuel de París, donde se acomodan familias burguesas con madres neuróticas con años de experiencia en el psicoanálisis…y el champán, de padres brillantes con puestos importantes e hijos o hijas cuyo fin es ser más brillantes que sus padres y menos neuróticas que sus madres, que la directora disecciona con mucha ironía y sin tapujos aunque quizás pecando en exceso de estereotipos.
    El Erizo, película galardonada con el premio del público de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) de 2009, es una película con cierto aroma a Amélie (Jean-Pierre Jeunet, 2001) que habla también de la afinidad, de la soledad, de la familia, de la sociedad, de las segundas o últimas oportunidades, con una visión fría, desnuda y sin tapujos de la muerte; una película inteligente llena de pequeños homenajes a escritores y directores de cine (el primer encuentro entre Renée y el Señor Kakuro con ese… “las familias felices se parecen, pero las que son desgraciadas lo son cada uno a su manera” con que comienza “Anna Karenina” de León Tolstoi es simplemente mágico), que nos hace reflexionar y salir del cine pensando... ¿cuántos “erizos” maravillosos habremos dejado escapar a lo largo de nuestra vida? Yo, a partir de ahora prometo fijarme mucho más.

Diego López González



 



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