Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Diego López González que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves
Dirección: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Guión: Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Interpretes: Cécile De France, Thomas Doret, Jérémie Renier, Fabrizio Rongione
Bélgica, 2011 - 87 min.
Mayores de 7 años
SINOPSIS
Cyril, un niño de once años, se escapa del hogar de
acogida, donde su padre lo dejó después de prometerle que volvería a buscarlo.
Lo que Cyril se propone es encontrarlo. Después de llamar en vano a la puerta
del apartamento donde vivían, para eludir la persecución del personal del
hospicio se refugia en un gabinete médico y se echa en brazos de una joven
sentada en la sala de espera. Así es como, por pura casualidad, conoce a
Samantha, una peluquera que le permite quedarse con ella los fines de semana.
Hace apenas un mes, un osado para unos e inconsciente para otros saltador austriaco decidió que la mejor manera de pasar una tediosa tarde de domingo era mantener, no sólo a un país, ni a un continente, sino al mundo entero anclados al televisor, con la boca abierta y la mirada atónita ante la increíble audacia que estaba a punto de realizar. Ascendió a más de 39.000 metros de altura, alcanzando la estratosfera, y tras realizar un saludo militar se lanzó al vacío; así, sin más, rompiendo en su caída libre la barrera del sonido. Se llamaba Felix Baumgartner y sí, por extraño que parezca, sigue vivo. Se convirtió así en la primera y única persona capaz de superar semejante reto.
Un cuento sobre la realidad
Hace apenas un mes, un osado para unos e inconsciente para otros saltador austriaco decidió que la mejor manera de pasar una tediosa tarde de domingo era mantener, no sólo a un país, ni a un continente, sino al mundo entero anclados al televisor, con la boca abierta y la mirada atónita ante la increíble audacia que estaba a punto de realizar. Ascendió a más de 39.000 metros de altura, alcanzando la estratosfera, y tras realizar un saludo militar se lanzó al vacío; así, sin más, rompiendo en su caída libre la barrera del sonido. Se llamaba Felix Baumgartner y sí, por extraño que parezca, sigue vivo. Se convirtió así en la primera y única persona capaz de superar semejante reto.
En el año 2011, una pareja de hermanos belgas,
Jean-Pierre y Luc Dardenne se preparaban para su gran salto… en el mundo del
cine. Pretendían alcanzar un logro que a día de hoy nadie ha superado: alzarse
con su tercera Palma de Oro en el Festival de Cannes. Ya habían logrado el gran
premio de este conocido festival en dos ocasiones anteriores: en 1999 con Rosetta
y en 2005 con El niño. De acuerdo, no son los Oscars; y sí, de acuerdo,
no es una hazaña tan espectacular como la del señor Baumgartner, pero… tiene su
aquél, ¿no? Tengan en cuenta que a día de hoy nadie lo ha conseguido, y
hablamos de directores de la talla de Francis Ford Coppola, Shohei Imamura,
Emir Kusturica, o Michael Haneke, que se han quedado a las puertas de lograrlo,
con dos Palmas de Oro en su haber. Pues bien, cuando estos dos hermanos
realizaban ya su particular saludo militar y se disponían a saltar, se coló en
la fiesta un “tal” Terrence Malick con su “El Árbol de la Vida” y dejó a
esta creativa pareja con la miel en los labios. ¿Fracaso? NO; ¿Decepción? Pues
tampoco. Consiguieron alzarse con el Gran Premio del Jurado, que no es poco.
Además, lo bueno del cine es que, aunque no consigas el premio al que optas, la
película permanece inmortal, al alcance de todos, y en Con Otros Ojos hemos
decidido dar nuestro particular homenaje a los hermanos Dardenne ofreciéndoles
esta magistral película, El niño de la bicicleta.
Quizás nuestros espectadores más fieles vean en Cyril, el niño protagonista, destellos de aquel pequeño Shaun, el joven actor principal de This is England (Shane Meadows, 2006) que les propusimos en nuestra programación un abril, hace ya dos años, que canalizaba su ira, frustración y rabia por la ausencia de la figura paterna, uniéndose a un grupo de skinheads bastante mayores que él, en los que encontraba la compresión y refugio necesarios en un niño de su edad. Algo parecido le pasa a Cyril, recluido en un orfanato, sin noticias de su madre y loco por contactar con su padre. La casualidad hace que un día, ansioso por recuperar su bicicleta (el único vínculo real que le une a las personas que le rodean, ausentes o no…) conozca a Samantha, que pasa a convertirse desde ese primer abrazo forzado en una madre para él. Sin embargo, al igual que en un cuento o fábula, la tentación aparecerá por sorpresa, haciendo que Cyril, al igual que Shaun, deba tomar una difícil decisión.
Los hermanos Dardenne narran esta bella historia con sobriedad, sin concesiones, ayudados por el movimiento continuo de la cámara muy próxima a los personajes y el uso magistral de la música, prácticamente ausente en la película salvo breves compases del concierto “Emperador” de Ludwig Van Beethoven en momentos puntuales y bien escogidos hasta su eclosión final en los títulos de crédito. Las actuaciones de Thomas Doret, la gran revelación del año, y de Cécile de France, inmensa en su papel de Samantha, ponen la guinda a esta tierna, pero a la vez punzante, historia de soledad, búsqueda, comprensión, amor y… resurrección.
Diego López
Quizás nuestros espectadores más fieles vean en Cyril, el niño protagonista, destellos de aquel pequeño Shaun, el joven actor principal de This is England (Shane Meadows, 2006) que les propusimos en nuestra programación un abril, hace ya dos años, que canalizaba su ira, frustración y rabia por la ausencia de la figura paterna, uniéndose a un grupo de skinheads bastante mayores que él, en los que encontraba la compresión y refugio necesarios en un niño de su edad. Algo parecido le pasa a Cyril, recluido en un orfanato, sin noticias de su madre y loco por contactar con su padre. La casualidad hace que un día, ansioso por recuperar su bicicleta (el único vínculo real que le une a las personas que le rodean, ausentes o no…) conozca a Samantha, que pasa a convertirse desde ese primer abrazo forzado en una madre para él. Sin embargo, al igual que en un cuento o fábula, la tentación aparecerá por sorpresa, haciendo que Cyril, al igual que Shaun, deba tomar una difícil decisión.
Los hermanos Dardenne narran esta bella historia con sobriedad, sin concesiones, ayudados por el movimiento continuo de la cámara muy próxima a los personajes y el uso magistral de la música, prácticamente ausente en la película salvo breves compases del concierto “Emperador” de Ludwig Van Beethoven en momentos puntuales y bien escogidos hasta su eclosión final en los títulos de crédito. Las actuaciones de Thomas Doret, la gran revelación del año, y de Cécile de France, inmensa en su papel de Samantha, ponen la guinda a esta tierna, pero a la vez punzante, historia de soledad, búsqueda, comprensión, amor y… resurrección.
Diego López
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