El próximo jueves, 25 de octubre, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura, dentro de la programación de “Cine con Otros Ojos”, “Profesor Lazhar”, de Philippe Falardeau. Como siempre, en sesiones de 6 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Miguel del Pino que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Miguel del Pino que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves.
Dirección: Philippe Falardeau
Guión: Philippe Falardeau
Interpretes: Mohamed Fellag, Sophie Nélisse, Émilien Néron, Marie-Ève Beauregard
Canadá, 2011 - 94 min.
SINOPSIS
Bachir Lazhar, de 55 años y origen argelino, es
contratado como sustituto de una maestra de primaria que ha muerto en trágicas
circunstancias en una escuela de Montreal. El carisma y la forma muy particular
de enseñar del profesor Lazhar resultarán fundamentales para sacar adelante el
curso y cambiar la vida de sus jóvenes alumnos.
La luz de la enseñanza
La educación y la enseñanza son los pilares fundamentales para crear una
sociedad sana, equilibrada y de respeto al prójimo y al entorno. La discusión
gira en cómo se consigue esto cuando en boca de todos está, que una de las
grandes causas de la crisis “económica” es la crisis de valores.
El cine canadiense no suele ser escaparate de llenar carteleras en el mercado
mundial, a mi entender, de forma un poco injusta porque aunque puede resultar
para algunos algo desconocido, ha aportado ya obras de gran valor ético,
pienso, reflejo de su sociedad. Me vienen algunos títulos que me resultaron de
gran calado: “El declive del imperio americano”, “Las invasiones bárbaras”
“Leolo” y recordando un curioso título emitido por nuestra asociación, “Las
vidas posibles de Mr. Nobody”.
Profesor Lazhar es una película crítica con el sistema educativo, embarrado en
política, burocracia, reglamentos y normativas y el simple hecho de la
instrucción de la población; por eso choca frontalmente con el muro inhumano,
frío y mecánico desarrollado por progenitores, que parece que sólo desean que
sus hijos sean recipientes de información, máquinas de datos, como único
interés en su desarrollo humano.
La sociedad confunde educación con represión, formación con instrucción, y
humanidad con seguir las pautas establecidas “reglamentarias”. Esto lo sufre
también el profesor Lazhar –brillantemente interpretado por Mohamed Fellag- un
inmigrante argelino, que no sabe como actuar cuando tiene que hacerse cargo de
la sustitución de una profesora muerta en trágicas circunstancias en un aula
donde impartía clases. Este hecho -la muerte de la profesora- es el detonante
de interrelación entre un hombre con un sentido pedagógico clásico, que
contrasta con los métodos modernos a aplicar a unos niños de 11, 12 años,
algunos de los cuales descubrieron el cuerpo sin vida de su profesora. Y esto,
nada más comenzar la película, sin apenas dar tiempo a acomodarse en la
historia, como ocurre a veces en la vida misma, una historia que se vuelca
dramática en un paisaje blanco y frío tanto de nieve como de falta de
humanidad, pero que poco a poco va transformándose como una crisálida en un
entorno primaveral, de luz y compresión apoyado en una fotografía que pretende
mostrar esta evolución, en un brillante trabajo con sus cambios de tonalidades.
No quiero dejar de hacer una importante referencia a lo que representa la
muerte, de lo que se habla desde el primer momento, por la conmoción en unos
niños que no entienden nada y necesitan expresar lo ocurrido en la forma en que
afecta a sus vidas.
Profesor Lazhar sugiere esta cuestión tan necesaria como provocadora, asumiendo
que se trata de un tema tabú, del que siempre resulta incómodo hablar en
nuestra sociedad, caminando paralelamente con el miedo, que desemboca en unas
relaciones más impersonales y deshumanizadas.
Sin embargo, después de todo lo expuesto quiero terminar con un mensaje de
optimismo confiando en el sentido común de la Humanidad –o al menos de algunas
personas- que donarán su experiencia y sabiduría para el bien común.
Miguel del Pino
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