El próximo jueves, 4 de abril, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura “Mátalos suavemente”, de Andrew Dominik, en sesiones de 6 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Valentín Terrazas que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves. Asociación Otrosojos
Guión: Andrew Dominik
Interpretes: Brad Pitt, Richard Jenkins, James Gandolfini, Ray Liotta
Estados Unidos, 2012 - 104 min.
Estados Unidos, 2012 - 104 min.
Mayores de 16 años
SINOPSIS
La mafia se siente amenazada cuando unos desconocidos asaltan a los
asistentes a una partida de póker. Los capos acuden al investigador Jackie
Cogan para encontrar a los culpables, responsables de una serie de robos a
casinos protegidos por los propios mafiosos. Sin embargo, la misión de Cogan se
complica entre indecisos, estafadores de segunda, asesinos cansados... y la situación
comienza a degenerar poco a poco.
Algunos pagan
Al contrario de lo observado en la vida pública española, en la mafia norteamericana quien la hace la paga. O, al menos, eso se intenta. El último trabajo de Andrew Dominik -basado en la novela “Cogan´s Trade”, de George V. Higgins- parece apuntar que esa reflexión doméstica podría igualmente aplicarse al universo político-financiero estadounidense.
Contextualizado en las elecciones presidenciales de
2008, el relato negro de un ejemplar arreglo de cuentas (y entiéndaseme:
ejemplar en cuanto destinado a servir de ejemplo, no a servir de ejemplo a la
hora de planificar su desarrollo, harto chapucero a ratos) nos asoma a la
lógica de un sicario, Jackie Cogan, magníficamente interpretado por Brad Pitt.
En sus encuentros, ocasionalmente letales, con el resto de protagonistas (¡qué
inmensos James Gandolfini, Richard Jenkins o Ray Liotta, qué fabulosos Scoot
McNairy, Ben Mendelsohn o Vincent Curatola, qué lujazo de reparto, qué
dirección de actores!), Pitt, eje de Mátalos suavemente, desnuda las
reglas del juego: quien la hace, ha de pagarla. Y si no conocemos al responsable,
deberemos encontrar un pagano creíble para que las piezas vuelvan a encajar,
para que no cunda la sensación (y vuelvo aquí inevitablemente al escenario
patrio) de que la impunidad es regla.
¿Es la mía una interpretación excesivamente politizada de esta notable película?. Oigamos a su director, el australiano de adopción Dominik -autor también de Chopper (2000) y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), embarcado ahora en la producción Blonde-: “El personaje de Brad es un sicario que tiene que darle un impulso a la economía matando a los tíos que la llevaron a la quiebra. Parecía que era un reflejo de lo que está pasando en el mundo... Siempre me ha parecido que la razón de la atracción por las películas de asesinos es que tratan sobre el capitalismo. Capitalismo en su forma más directa y expuesta”.
¿No es, después de todo, su labor harto similar a la de esos plenamente actuales “hombres de negro”, encargados de disciplinar nuestras economías prestando mayor atención a restablecer resultados que a identificar la autoría real de los estropicios?.
Mátalos suavemente ofrece,de otro lado, mucho más que una descarnada crítica al estado de las cosas (aunque el contrapunto frecuente de los discursos del candidato Barack Obama parezca inducir lo contrario): permite disfrutar de interpretaciones espléndidas, de escenas de acción construidas con un talento netamente original, de episodios de alta tensión entreverados con otros de una comicidad presuntamente zafia, de diálogos demenciales de corte tarantiniano que contrastan con las apreciaciones netas de nuestro sicario: “América no es un país, sólo es un negocio. Así que paga, hijo de p...”.
¿Es la mía una interpretación excesivamente politizada de esta notable película?. Oigamos a su director, el australiano de adopción Dominik -autor también de Chopper (2000) y El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007), embarcado ahora en la producción Blonde-: “El personaje de Brad es un sicario que tiene que darle un impulso a la economía matando a los tíos que la llevaron a la quiebra. Parecía que era un reflejo de lo que está pasando en el mundo... Siempre me ha parecido que la razón de la atracción por las películas de asesinos es que tratan sobre el capitalismo. Capitalismo en su forma más directa y expuesta”.
¿No es, después de todo, su labor harto similar a la de esos plenamente actuales “hombres de negro”, encargados de disciplinar nuestras economías prestando mayor atención a restablecer resultados que a identificar la autoría real de los estropicios?.
Mátalos suavemente ofrece,de otro lado, mucho más que una descarnada crítica al estado de las cosas (aunque el contrapunto frecuente de los discursos del candidato Barack Obama parezca inducir lo contrario): permite disfrutar de interpretaciones espléndidas, de escenas de acción construidas con un talento netamente original, de episodios de alta tensión entreverados con otros de una comicidad presuntamente zafia, de diálogos demenciales de corte tarantiniano que contrastan con las apreciaciones netas de nuestro sicario: “América no es un país, sólo es un negocio. Así que paga, hijo de p...”.
Valentín Terrazas
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