CINE EN LA CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE MIRANDA DE EBRO (BURGOS). JUEVES SEÑALADOS, EN SESIONES DE 18:00 y 20:30.
ORGANIZA LA ASOCIACIÓN CULTURAL OTROSOJOS EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE MIRANDA DE EBRO

Jueves 23 de Octubre: DALLAS BUYERS CLUB

El próximo jueves, 23 de octubreproyectamos en la Casa Municipal de Cultura, dentro de la programación “Cine con Otros Ojos”, “Dallas Buyers Club”, de Jean-Marc Vallée, en sesiones de 6 y 8:30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros. Toda una ocasión para asomarnos a las extraordinarias interpretaciones de Matthew McConaughey y Jared Leto, premiados con los Oscars por sus trabajos como actor principal y de reparto, respectivamente.

Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Diego López que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.

Hasta el jueves. Asociación Otrosojos.


SINOPSIS DE LA PELICULA:

Basada en la vida real de Ron Woodroof, un cowboy de rodeo texano, drogadicto y mujeriego, al que en 1986 diagnosticaron SIDA, pronosticándole un mes de vida. Entonces empezó a tomar AZT, el único medicamento disponible en aquella época para luchar contra la enfermedad.


COMENTARIO :

La otra cara del SIDA
Hace ahora veintiún años Jonathan Demme, avalado por su magnífica El Silencio de los corderos (1991), encogía nuestros corazones con un drama conmovedor sobre la historia de Andrew Beckett, un joven y prometedor abogado de Philadelphia que es despedido del prestigioso bufete para el que trabaja cuando sus jefes se enteran de que ha contraído el sida. Tuvo que pasar casi un siglo de cine para que Hollywood reconociera con un Oscar el papel de un homosexual y enfermo de sida, en este caso interpretado por un excelente Tom Hanks, en pleno apogeo de su carrera. Supongo que nuestros espectadores sabrán que me estoy refiriendo a Philadelphia (1993) y todos tendremos ahora en nuestra cabeza aquella pegadiza canción de Bruce Springsteen que ponía la guinda a la película como banda sonora perdurable.
         Veintiún años después, como les decía, otro actor interpretando a un enfermo de sida vuelve a alzarse con la estatuilla dorada como Mejor Actor Principal. Se trata del, bajo mi humilde punto de vista, intérprete más desaprovechado de la reciente historia del cine: Matthew McConaughey. Porque...¿alguien puede explicarme cómo un tío que en los últimos dos años es capaz de llevar a cabo tres interpretaciones magistrales -en MUD (Jeff Nichols, 2012), la exitosa serie de televisión True Detective (2014) y Dallas Buyers Club (Jean-Marc Vallée, 2013)- ha podido pasarse gran parte de su carrera cinematográfica saltando de flor en flor en películas como Cómo perder a un chico en 10 días (Donald Petrie, 2003)Novia por contrato (Tom Dey, 2006) o la inolvidable Los fantasmas de mis ex-novias (Mark Waters, 2009)...de tan dudosa calidad como sus títulos? (ruego a los y las fans del romanticismo "made in Hugh Grant" que sepan disculparme). Bien es sabido que los académicos de Hollywood tienen muy en cuenta lo de la modificación física a la hora de valorar quién merece el Oscar al mejor actor, y no hace falta más que tirar de hemeroteca para así probarlo; pero lo de Matthew McConaughey y su compañero de reparto y oscarizado también como Mejor Actor Secundario, Jared Leto va más allá del simple deterioro físico.  En contadas ocasiones una misma película se ha llevado sendos Oscars por las interpretaciones de sus actores principal y de reparto, lo que ya de por sí es una muestra de la gran calidad interpretativa que van a encontrar nuestros espectadores en la película de hoy.
         Puede parecer que en pleno Siglo XXI, gracias a los avances tecnológicos y en medicina y a acertadas políticas de prevención, el sida ha pasado a ser una enfermedad casi olvidada y posiblemente la gente más joven no tenga ni idea de los devastadores efectos que esta enfermedad tuvo en su tiempo. Nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que el número de enfermos se ha visto reducido, la enfermedad sigue estando ahí y Dallas Buyers Club nos acerca a ella, de un modo distinto, desde la otra cara del sida. Porque aunque la película muestra el sufrimiento del enfermo y las distintas fases de negación, aceptación, lucha y el agarrarse a un clavo ardiendo que cualquier ser humano ante una situación dramática e irrevocable pasa, lo hace casi como de puntillas, sin cebarse en el drama; a Jean-Marc Vallée no le interesa la lágrima fácil, la compasión. Le interesa mostrar por un lado el desconocimiento y los prejuicios que al principio se ceñían sobre los enfermos de sida, una enfermad que se pensaba que atañía únicamente a homosexuales, y el rechazo que estas personas provocaban en una sociedad injusta. Le interesa mostrar por otro lado el dudoso papel del sistema sanitario y de las industrias farmacéuticas en todo este drama, en el que el dinero y el negocio están por encima de las personas. Y le interesa mostrar sobre todo que, con una buena historia, con un grupo de actores comprometidos y con un guión serio y conciso, se puede hacer CINE, sí, con mayúsculas.

Diego López González

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