El
próximo jueves, 9 de octubre, ponemos en marcha la décimo quinta
temporada de “Cine Con Otros Ojos” proyectando en la Casa Municipal de
Cultura la comedia argentina “Dos más dos”, de Diego Kaplan, en sesiones
de 6 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora,
el comentario de Raquel Sáenz de Buruaga que editaremos como ficha, y
una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves. Asociación Otrosojos.
Diego
y Emilia, Richard y Betina son dos parejas amigas de toda la vida. Con
cuarenta años, son profesionales de éxito. Diego y Emilia, con un hijo
de catorce años, llevan una vida familiar ordenada; Richard y Betina,
sin hijos, son más mundanos. Una noche, Richard y Betina les confiesan a
sus amigos que practican el intercambio de parejas y que les encantaría
compartir esa afición con ellos. Esta confidencia despierta las
fantasías dormidas de Emilia, que anima a Diego a aceptar la invitación.
COMENTARIO :
Sexo con otros ojos
Lo
del sexo es un asunto raro. La Naturaleza se decantó por este invento a
medida que iba perfeccionando. o al menos complicando, las estructuras
de sus criaturas. Fue
ensayando diferentes mecanismos orientados a la perpetuación de las
especies. Así que diseñó, para fortuna o desgracia de algunas, la
diferenciación de sexos. De las aburridas y cómodas esporas se pasó al
“aquí te pillo, aquí te mato” al que empujan las épocas de celo de la
mayoría de los mamíferos. Sistema éste también muy cómodo cuando lo que
manda solamente es el puro instinto. Pero ¿en qué momento mezcló el homo sapiens el
sexo con el placer y el amor, olvidándose de la primigenia función
reproductora? Aquel día, la jodimos. Y nunca mejor dicho. ¿Por qué la
mayoría de los humanos no ha
conseguido hacer evolucionar la sexualidad desde la reproducción -que
todavía se usa- hacia una cuestión de divertimento o pasatiempo, sin
inmiscuirlo con aparatosos sentimientos? No obstante, existen algunos
ejemplares, aparentemente sin mutaciones, que exploran otros caminos que llevan, por ejemplo, al intercambio de parejas.
La película Dos más dos ofrece
la oportunidad de conocer los intentos de la Naturaleza de producir
especímenes con conductas novedosas. No veremos una obra maestra ni un
clásico del cine, pero sí una comedia agradable y muy argentina. Es
decir, con un guión bien escrito -que no es lo mismo que decir un buen
guión-. Esta buena escritura define con atinados matices los
comportamientos y las reacciones de los cuatro protagonistas. Sus
magníficas interpretaciones constituyen otro plato fuerte del menú. Las
imágenes y diálogos llegan a ser elegantemente cómicos; no ofenderán
(creo) ni al más puritano, a pesar de que no escatiman una clara
expresión de "conceptos". Por eso este trabajo ejerce una función
liberalizadora además de entretener y hacer sonreir. Es muy probable que
los espectadores, al salir de la sala, inicien una conversación sobre
un tema del que se suele hablar poco.
El
ambiente social en el que se mueven los personajes es un mundo de
profesionales de éxito, incluso con cierta fama mediática. No hay
excesiva voluntad de crítica o parodia, aunque sí ciertas dosis
burlescas hacia ese ecosistema un tanto pijo. Tal vez sea un entorno
donde hacer más creíbles las andanzas de estos swingers argentinos.
Como toda comedia inteligente, hay un momento en que se pone seria.
Pero que no cunda el pánico: hemos venido a ver una comedia, y el
desenlace del relato vuelve al sendero por donde transcurría.
Woody
Allen decía: “Existen dos cosas importantes en la vida, una es el sexo y
de la otra no me acuerdo”. Tal vez se refería al sentido del humor.
También da mucho placer.
Raquel Sáenz de Buruaga
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