El próximo jueves, 14 de marzo, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura “Submarine”, de Richard Ayoade, en sesiones de 6 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Alfredo Mozas García que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves. Asociación Otrosojos.
Guión: Richard Ayoade
Interpretes: Craig Roberts, Yasmin Paige, Sally Hawkins, Paddy Considine, Noah Taylor
Reino Unido, 2010 - 97 min.
Reino Unido, 2010 - 97 min.
Mayores de 12 años
Oliver Tate es un peculiar chico de 15 años que tiene dos objetivos: impedir que su madre abandone a su padre y encontrarse a sí mismo aunque sea a través de una chica.
Adolescencia y punto
Una vez más tendré que confesarlo: no sé quién es Richard Ayoade. Pero
Internet, que todo lo sabe, me revela que es un joven que se ha abierto camino
como actor, cómico, y a lo que se ve en la película de hoy, director de cine
notable. En Submarine ha adaptado una novela con el mismo nombre y ha
hecho una película que unos dicen que es cómica, otros que destila melancolía,
y los hay que se centran (horror) en sus aspectos estrictamente artísticos, es
decir, encuadres, colores, fotografía y todas esas cosas. Cuando yo la vi no me
pareció una película sencilla porque ni siquiera las escenas evidentemente
cómicas te hacen reír de una manera desternillante y porque también, las
escenas que no lo son, las dramáticas, tienen su punto gracioso. Porque
encontrar el humor en la película de hoy es trabajoso, no porque escasee, más
al contrario, sino porque está camuflado, acaso como el petróleo bajo los
desiertos de Arabia. Y ya es mala suerte que para una vez que traigo una
película con algo de humor, sea así de rara. Pero, ¿es en realidad así de rara?
Oliver Tate es un adolescente raro que tiene unos
padres raros y una novia rara. Oliver Tate lee poesía en francés, pretende
perder la virginidad antes de cumplir más años y teme que sus padres se
separen. En el colegio hace lo que puede. Y cuando se acerca a Jordana, o más
bien al contrario, cuando Jordana se le acerca (Jordana es la joven que va a
ser su novia) se enfrenta a lo desconocido con valentía. Toda la que un poco
más tarde echará de menos, cuando con toda la cobardía del mundo se alejará de
ella sin un motivo evidente al enfermar la madre de Jordana.
Entre los que han escrito sobre Submarine, los
hay que comparan al adolescente Oliver Tate con Antoine Doinel, el personaje de
Truffaut, y con Holden Caulfield, el protagonista de la novela de Salinger El
Guardián en el Centeno. Yo coincido con ellos y añado: Submarine no es
sólo una película sobre adolescentes; es una metáfora en si misma de la
adolescencia. La adolescencia que irremediablemente destila melancolía, sugiere
condescendencia, evoca inseguridad y provoca incomprensión y rechazo. Con esta
interpretación cobran un nuevo sentido los artificios estéticos de la cinta,
los colores codificados para cada personaje, los encuadres y el ritmo. Hasta la
caricatura de padres que tiene Oliver encaja aquí porque, ¿quién no ha pensado
alguna vez entre los catorce y los veinte años que sus padres eran unos
carrozas dignos sólo de esconder en un baúl? Por eso también Oliver Tate y su drama
son tan triviales e insignificantes si se comparan con las penalidades de
Doinel y las amarguras de Caulfield. Por eso, inevitablemente, Submarine
ha de ser una película con su punto de humor, y también tortuosa, e inocente, áspera,
extravagante y valiente. ¿No ha sido así (y en algunos casos todavía lo sea) la
adolescencia de cualquiera de nosotros? Cómica, vista por lo demás, hasta
hilarante a ratos; dolorosa con frecuencia; osada cuando nos hundimos hasta el
cuello en el lodazal de los primeros enamoramientos, cobarde cuando intentamos
salir de ellos; pueril, inocente, bella, extravagante, irrepetible.
No imagino descripción mejor de ese trozo de vida al
que estamos condenados cuando niños y que tanto nos avergüenza de adultos que
esta cinta de Ayoade. A ver si ustedes opinan los mismo.
Alfredo Mozas García
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