El próximo jueves, 5 de febrero, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura, dentro de la programación “Cine con Otros Ojos”, “Nebraska”, de Alexander Payne, en sesiones de 6 y 8:30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Diego López González que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves. Asociación Otrosojos.
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Diego López González que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Un abrazo, y hasta el jueves. Asociación Otrosojos.
SINOPSIS DE LA PELICULA:
A
Woody Grant, un anciano con síntomas de demencia, le comunican por
correo que ha ganado un premio. Cree que se ha hecho rico y obliga a su
receloso hijo David a emprender un viaje para ir a cobrarlo. Poco a
poco, la relación entre ambos, rota durante años por el alcoholismo de
Woody, tomará un cariz distinto para sorpresa de la madre y del
triunfador hermano de David.
COMENTARIO :
Don Quijote de Nebraska
¿Cuántas
veces habremos oído de nuestros padres, tíos, abuelos o alguna amistad
aquello de "si es que no se puede llegar a viejo..."? Una frase
lapidaria, que resume en apenas diez palabras todos los problemas y
achaques que le vienen a uno cuando alcanza la tan temida tercera edad.
Porque, salvo honrosas excepciones, el ser humano comienza a adoptar
extrañas posturas cuando cumple una determinada edad. Quizás sean
tópicos que de tanto repetirlos los asumimos como algo natural y real,
pero es un hecho que ciertos adjetivos como "cascarrabias" o "cabezón"
(en el sentido figurado, claro) parecen ir asociados irremediablemente
al ser humano cuando alcanza la vejez. Nuestro entrañable abuelo de la
película de hoy, es un claro exponente de esta teoría que, he de
reconocerlo, me he sacado de la chistera para poder presentarles a
Woody.
Podría
decirse que Woody no ha sido un ejemplo como padre. Como en muchas
otras historias cotidianas, algo en un principio tan inofensivo como un
simple líquido, puede tener la terrible facultad de destrozar vidas,
sobre todo si ese líquido es alcohol y, más aún, cuando no se maneja con
cuidado. Woody ha tenido que vivir con eso toda la vida, pero parece no
importarle hasta que, ¡ay amigos!, "la huesuda" se atisba en el
horizonte y llega el tiempo de la lamentación y de redimirse a sí mismo,
intentando corregir aquello en lo que hemos fallado, seguramente por
aquello de "irnos" con la mente en paz. Y Woody ve, o quiere ver, en un
premio de esos que huelen a timo desde lejos, que sólo una persona
desesperada puede creer que sea cierto, el clavo ardiendo al que
agarrarse para enmendar sus errores e intentar ser, aunque sea al final
(como dicen, más vale tarde que nunca), la persona que siempre debió
ser.
Se
inicia así una bella "road movie" con, me atrevería a decir, tintes
quijotescos para poder cobrar el dichoso premio por los paisajes fríos e
inmóviles de Nebraska; asunto curioso en el caso de Alexander Payne, el
director, que asegura odiar hacer este tipo de películas y que se
sorprende a sí mismo de seguir haciéndolas. Cuando vean el resultado,
seguro que nuestros queridos espectadores seguirán animándole a que siga
rodando "road movies" tan buenas, donde el humanismo sencillo e íntimo y
unos personajes cercanos, fruto del entorno que les rodea, se impone a
los fuegos de artificio de otras superproducciones que acaban dejándole a
uno frío y distante. Ya lo hizo hace unos años con aquella A propósito de Schmidt (2002)
con un excelente Jack Nicholson, también en un papel de entrañable
quisquilloso que emprende un viaje en busca de sus raíces cruzando (¡oh,
sí!) el estado de Nebraska tratando de darle algún sentido a su vida. Y
es curioso porque a partir de esa película Alexander Payne ha realizado
otras tres obras importantes, de distinta temática, pero con algo en
común: las tres fueron nominadas a los Oscars como mejor película, tres
veces fue nominado a mejor director por ellas, y tres veces se volvió de
vacío. Hablo de Entre copas (2004), Los descendientes (2011) y Nebraska (2014). Alzarse con un Oscar a mejor director es algo
al alcance de tan sólo algunos genios, y ya el sólo hecho de haber
estado tres veces nominado habla de la calidad de Payne como regidor,
con más merito en su caso si tenemos en cuenta la magia que es capaz de
sacar a una historia corriente con un adusto presupuesto.
En Nebraska nos
encontraremos con una historia común, sencilla, pero contada de tal
manera, y con una exquisita fotografía en blanco y negro, que el
espectador no necesita nada más para subirse al coche con este "viejo
cascarrabias" de Bruce Dern y dejarse llevar por las inhóspitas
carreteras de Nebraska. ¡Disfruten del viaje!
Diego López González
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